Un joven persa llamado Farhad, príncipe según algunos, estaba profundamente enamorado de la doncella Shirin.
Un día, le llegaron noticias de que su amada había sido asesinada (luego resultó que no era más que un rumor) y, destrozado de la pena, montó su caballo preferido y galopó hasta un acantilado desde donde se lanzó para morir.De sus numerosas heridas y gotas de sangre en el suelo brotó un tulipán, como símbolo de su amor perfecto. Por ello, en la antigua Persia, el tulipán rojo se considera el símbolo por excelencia del amor apasionado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario